Letra pequeña en préstamos: 10 trampas que debes revisar

Muchas veces nos vemos en la necesidad de solicitar un préstamo bancario. Estos no son malos, ni mucho menos, de hecho son de gran utilidad cuando no tenemos otra forma de obtener ingresos. Los préstamos pueden ayudarnos cuando estamos pasando por un mal momento pero, también, cuando necesitamos dinero para hacer realidad iniciativas, poner en juego proyectos o comprar aquel coche que tanto hemos deseado.

Las posibilidades son muchas y muy variadas. Ahora bien, debemos estar atentos a lo que firmamos cuando pedimos un préstamo bancario. Siempre —y no solamente en los préstamos— hay que leer la letra pequeña. En los contratos aparece reflejado todo lo que puede ser exigido por parte del prestamista, tus derechos y las acciones legales que pueden emprender la empresa contra ti —amparadas por la ley— en caso de que no cumplas con los plazos de devolución y no pagues la cuota.

En este artículo hemos preparado para ti una recomendación con las 10 cláusulas o especificaciones del contrato más conflictivas con las cuales debes tener especial cuidado a la hora de solicitar un préstamo bancario, para que no te lleves ninguna sorpresa.

Fíjate en el tipo de interés

Para que lo tengas claro, puede haber dos tipos de interés: El fijo y el variable. En el primero de ellos tendrás que pagar siempre la misma cuota —en base al capital pendiente—, en el segundo la cuota a pagar cada mes puede variar. En este último caso, el interés se puede ajustar a cualquier índice, como el Euribor al que se le sumaría un diferencial.

Mira las comisiones de apertura

Algunos préstamos implican el abono de unas comisiones de apertura —o comisiones de estudio—. Estas son un porcentaje del total solicitado y se pagan en el mismo instante en el cual se formaliza el préstamo. En el mercado

Productos vinculados

Al igual que al solicitar una tarjeta de crédito, muchos bancos te pueden obligar a contratar algún producto extra para poder solicitar el préstamo, así como domiciliar la nómina. Ejemplo de ello es un seguro de vida, esto aparece especificado en la letra pequeña del contrato. Si quieres evitarte gastos extra al solicitar un préstamo siempre puedes optar por prestamistas privados o particulares, sin necesidad de cambiar de banco y sin sorpresas.

Comisiones por amortización anticipada

Imagina que recuperas el dinero rápidamente y decides saldar algunas de tus deudas con una anticipación del importe restante a pagar. Debes tener en cuenta que en muchos contratos esta acción está sujeta a una comisión ya que se reduce el capital pendiente sobre el cual se calculan los intereses del resto de cuotas y el banco acaba perdiendo dinero.

Gastos por firma de notario

Así mismo, debes asegurarte que el contrato de prestación no incluye gastos por firma de notario. Normalmente este suele esta indicado en la letra pequeña cuando las cantidades a prestar son elevadas.

Incremento del importe adeudado

Ten en cuenta que algunas entidades de crédito financian el importe de algunas comisiones o gastos —como los arriba referenciados—. Ello encarecerá la cuota a pagar ya que se suma al capital total adeudado y sobre él se calcularán los intereses —sean fijos o variables—.

Comisiones por cancelación del préstamo

Una comisión que aplican muchos bancos a la hora de saldar el préstamo es la comisión por cancelación del préstamo. Si tu idea es sacarte cuanto antes el préstamo presta mucha atención a la letra pequeña en este sentido. Ten en cuenta que, por ley, los bancos no pueden cobrar más de un 1% por cancelar tu préstamo —si queda más de un año—, ni tampoco más de un 0,5% —si queda menos de un año—.

Incumplimiento en el pago de la cuota

Algunas cláusulas pueden llegar a ser muy abusivas. Fíjate bien en qué puede ocurrirte si no pagas una cuota a tiempo. Los contratos incluyen unas cláusulas con los protocolos de actuación en los cuales se especifica las acciones que puede llevar a cabo el banco de acuerdo a la legislación actual en caso de incumplimiento del contrato.

Analiza con detalle la tasa TIN y TAE

El TIN es un indicador que permite saber la suma que debemos pagar en intereses por la cantidad solicitada, mientras que el TAE —o Tasa Anual Equivalente— te indica lo que realmente te supondrá económicamente solicitar un préstamo. El TAE incorpora el Tipo de Interés Nominal (TIN), las comisiones y el plazo de operación.

Mira bien avales

Asegúrate bien de que podrás afrontar la cuota a pagar por el préstamo solicitado y fíjate con detenimiento en los avales —o garantías de pago— que te exigirá el banco en caso de que no puedas hacerte cargo de la deuda. Analiza bien todas las opciones y tus posibilidades.