Texto argumentativo: características

Texto argumentativo: características

Uno de los textos narrativos que más se suelen utilizar es el argumentativo. El texto argumentativo tiene una serie de características que lo hacen diferenciarse del resto y en esta guía básica te vamos a contar con todo detalle qué es lo que debe de tener para que puedas identificarlo o para que puedas escribir según sus reglas estructurales y sus propósitos.

¿Qué es un texto argumentativo?

Para definir el texto argumentativo podríamos decir que se trata de un tipo de texto que lo que busca es hablar de un tema en particular, dando todo tipo de información que ayuden a convencer por medio de argumentos u opiniones al lector.

Los textos argumentativos tienen mayor representación en el lenguaje oral, que es cuando la persona, sobre todo si quiere convencer de algo, busca persuadir al receptor del mensaje con el fin de hacerle cambiar de idea. Sin embargo, poco a poco se ha ido extendiendo en el lenguaje escrito, sobre todo en las redes sociales o en los artículos de opinión y crítica, ya que es aquí donde se busca que la mayor parte de los lectores cambien su manera de actuar frente a un tema en particular.

Planificar un texto argumentativo

Cabe destacar que un texto argumentativo no surge de la nada, y que es algo que se debe de planificar. La planificación de estos escritos lo que hace es que los fundamentos que se defienden sean de calidad y que no vayan a ser ideas que se sueltan y que no tienen un carácter veraz, algo que puede hacer que el objetivo de la argumentación no se lleve a cabo, consiguiendo exactamente lo contrario, es decir, hacer que el lector rechace la idea que está recibiendo o que se quiere persuadir.

Hay que pensar que, cuantos más datos tengamos sobre un tema en particular, y más posibilidades de dar ejemplos poseamos, más fuerte será nuestra exposición y por lo tanto, llegaremos a tener una mayor posibilidad a la hora de convencer. Para que esto sea de esta manera, tenemos que realizar correctamente una serie de pasos a la otra de estructurar el texto, y a continuación queremos darte una guía para su realización.

Estructura del texto argumentativo

Por lo general, la estructura de un texto argumentativo no va a variar demasiado, por lo que son fácilmente identificables. En primer lugar estará el primer párrafo, que es aquel que cuenta con una pequeña introducción y donde se formula la tesis que se quiere defender o atacar. Para que el escrito esté bien realizado, se deberá de haber estudiado bien la información y los datos, con el fin de que la formulación sea atractiva para el lector y que, incluso sin ser conocedor de esos conceptos, pueda tener una idea mediamente clara de lo que se va a hablar, sea o no experto.

Los dos siguientes párrafos van a servir para presentar los argumentos apoyando lo que se ha dicho anteriormente o al contrario, dictaminando qué puntos son los que no se ven estables. Según los expertos en argumentación, con una tesis o propuesta el texto será válido, sin embargo, cabe destacar que se recomienda que existan más hilos, con el fin de poder compararlos unos con otros, haciendo que el escrito sea mucho más rico, pudiéndole dar al lector diferentes puntos de vista a los que acogerse.

En el párrafo que sigue a los argumentativos, se intenta desarrollar las validaciones de los argumentos o hipótesis que se han planteado en la parte introductoria. Este es uno de los más importantes, aunque como puedes imaginar, para que tenga sentido, debe ser un compendio de buenas descripciones y argumentaciones para que, a la hora de refutar las hipótesis o apoyarlas, se pueda hacer ver al lector que el emisor cuenta con una gran experiencia al respecto y que no busca tumbar una idea por el simple hecho de negarse a aceptarla, sino que cuenta con todo tipo de datos e información que le hacen experto en la materia y que, en el caso de que el texto argumentativo fuese transmitido de manera oral, el receptor pudiese realizar una pregunta y que el emisor le contestase correctamente y con teorías para defender sus ideas.

Para finalizar, está la conclusión al texto, y suele venir en un párrafo que debe ser también escrito con una finalidad concreta y con una estructura que haga un resumen de todo lo anteriormente dicho. En la conclusión debemos de encontrarnos en pocas palabras la tesis inicial para luego ir explicando la razón de la elección de la argumentación que has hecho. De esta manera, el lector puede, después de leer todos los párrafos, entender mejor la postura del emisor y hacia donde quiere llegar una vez leído todo el texto.

La postura del emisor en los textos argumentativos

Una de las partes importantes que debes tener en cuenta a la hora de escribir un texto argumentativo es la postura que se tiene frente a la hipótesis. Es esencial que se pueda apreciar si se apoya o no la tesis que se ha expuesto en el inicio o en el caso de que se hayan expuesto varias, que se pueda decir porque de todas esas, se queda con una de ellas frente a las demás. Si al terminar de leer el escrito, el lector se queda exactamente como estaba, es decir, sin haber tenido esa información o sin sentir que los argumentos no han sido tan convincentes para llegar a un punto en claro, el objetivo de la argumentación habrá quedado en sacos rotos.

Recuerda en todo momento que el emisor deberá de seguir todas las pautas necesarias para que el texto argumentativo tenga toda la información necesaria y que esta sea verídica, puesto que en el caso de que el lector sea alguien con experiencia dentro de la temática que se toca y detecta que una de las hipótesis es falsa o que ha sido modificada, la lectura se volverá en contra del emisor. Por este motivo es aconsejable que se vaya teniendo en cuenta cada uno de los datos que se dan, siendo muy importante por otro lado los ejemplos que se vayan exponiendo.