Uno de los relatos literarios más famosos que existen es la fábula, y suelen estar destinados para la lectura de los más pequeños de la casa. Aunque a pesar de ser tratado como un género de literatura infantil, cabe destacar que existen muchas fábulas que tienen un carácter adulto y que por lo tanto, pueden ser leídas por un público de mayor edad sin problema alguno. En esta guía vas a poder descubrir qué es una fábula, sus elementos y características más importantes, como también las más famosas para que puedas leerlas o leérselas a tus hijos.
Principales características de una fábula
Para comenzar, decir que una fábula es un relato literario, por lo tanto, su extensión no es superior a la de una novela, teniendo en algunos casos un par de páginas, pero no llegando a superar nunca el número de palabras o páginas que está destinado a las novelas, que suele ser de unas 40000. Además de esto, suelen ser narraciones con palabras muy sencillas, que no son complicadas de leer y que son accesibles a todo el mundo, teniendo como premisa principal la de que sus protagonistas son animales.
Según esta definición, podríamos decir, por ejemplo, que la obra china Las aventuras del rey mono, no sería bajo ningún concepto una fábula, a pesar de que sus protagonistas son animales y que, como veremos más adelante, tienen una serie de enseñanzas, valores o moralejas, ya que su extensión es superior a las 3000 páginas. De los relatos más conocidos dentro de este género literario está el de “La liebre y la tortuga”, “Los músicos de Bremen”, “La zorra y las uvas” y entre sus autores más reconocidos está Esopo que fue el creador de este tipo de relato, pero también los hermanos Grimm, como también los cuentos de Andersen, ambos grandes conocedores de los cuentos y relatos para niños.
Una de las principales características, además de las ya nombradas es que tiene un carácter didáctico, por este motivo se le suele recomendar a los más pequeños de la casa, puesto que, gracias a estas historias pueden aprender valores positivos.
Aunque existen fábulas que están escritas en verso, a modo de poemas, bien es cierto que la modalidad que triunfa de verdad es la prosa y como hemos mencionado, su longitud suele ser muy corta, teniendo al final una moraleja en la que el menor o el lector puede aprender una enseñanza que puede ayudarle a llevar mejor su vida diaria en sociedad.
Estructura de una fábula
La estructura es muy importante en las fábulas, al igual que en cualquier género literario. En primer lugar cabe destacar que se tratan de relatos divertidos, entretenidos, con el fin de que la persona se sienta atraído a su lectura.
El relato comienza con la presentación de los personajes, y una vez hecho esto, se da la circunstancia de un enfrentamiento o suceso problemático que le ocurre a dicho personaje o personajes. Después de una serie de acciones, los personajes logran solucionar el problema o en muchos casos no conseguirlo, para finalizar la fábula con la moraleja, que lo que busca es explicar lo que ha sucedido y los motivos por los que no se ha solucionado el enfrentamiento con el fin de que, si se llegase a encontrar el lector en la misma situación, pudiera cambiar la acción que el protagonista ha realizado y por lo tanto, tener un final feliz.
El narrador suele estar en tercera persona y relata todos los sucesos de manera cronológica, es decir, ocurre una situación y a continuación ocurre la siguiente, no existen giros inesperados ni vueltas al pasado a modo de recordatorios, haciendo que la narración sea lo más sencilla posible. De igual modo, en la mayoría de los casos, el suceso suele ocurrir el mismo día o con periodos de tiempo que no sean complicados de explicar a un menor. Por otro lado, ninguna de las fábulas se puede colocar en una época determinada, es decir, que no existen elementos que puedan describir si ocurre en un año en particular o en otro, centrándose la narración en los sucesos que están ocurriendo.
En el caso de los personajes, como hemos dicho anteriormente se tratan en gran parte de animales que tienen la facultad del habla. En las fábulas no nos encontraremos animales antropomorfos, es decir que tienen forma humana pero con características animales, sino que serán animales como los que nos encontramos a diario en la calle o en el campo, muy reconocibles por los niños, siendo burros, perros, serpientes o leones los más habituales. Muchos autores también usan en sus fábulas objetos inanimados pero que en este caso también tienen un comportamiento característico en las personas, hablando y razonando en la mayoría de los casos.
La temática de las fábulas se centra sobre todo en los vicios humanos y en aquellos valores negativos que hay que intentar erradicar. De esta manera, los niños aprenden que la avaricia, la envidia, la mentira o la ira son valores nocivos y que no llevan a buen puerto, por lo que tienen que practicar los valores positivos como la bondad. En muchos relatos estos valores se encuentran frente a frente, como la generosidad y la avaricia, comprobando como, al finalizar el relato, aquellos que han sido generosos obtienen más gratificaciones que los que han sido ávaros.
Para finalizar, una de las partes más importantes de una fábula es la moraleja, es decir la resolución o conclusión de la historia que nos hace pensar y reflexionar sobre lo que ha ocurrido. Cabe destacar que la moraleja no suele estar en el relato como una parte destacable como bien podría ser un capítulo, sino que se encuentra escondida dentro de la narración y que somos nosotros los que tenemos que sacarla a flote y analizar lo que se nos ha querido decir con ella. Por otro lado, existen relatos en los que sí se puede leer en los últimos párrafos la moraleja o enseñanza que quiere transmitir a los lectores, facilitando de esta manera el trabajo de análisis y aprendizaje.