Son muchos los que se preguntan las diferencias que existen entre la lengua y el dialecto, sin embargo, cuentan con más semejanzas de las que podemos pensar. En esta guía te vamos a indicar qué es cada uno de estos términos, en qué campo o contexto se suele utilizar y cuales son sus principales diferencias para que puedas identificarlas con más rapidez y de esta manera conocer más las características de la lengua y el dialecto.
¿Qué es la lengua? ¿Y el dialecto?
Se conoce como lengua toda aquella estructura o formación lingüística que se usa para la comunicación. En esta formación lingüística nos encontramos con combinaciones de símbolos y signos que organizados de una manera específica se encuentra un sentido y un significado para un grupo de hablantes. Esto quiere decir que, la lengua no es universal para todas las personas, y que cada una de ellas, según su lugar de nacimiento, como también la lengua de la madre o denominada lengua materna tendrá gran importancia, ya que debido a estos factores, se conocerá inicialmente una lengua u otra.
Cabe destacar que una lengua es reconocida de manera oficial por los hablantes y esto es un dato muy importante, puesto que se han creado muchas lenguas extraoficiales desde que la Humanidad se originó pero solo aquellas que han tenido una gran importancia por su expansión territorial o incluso mundial han sido consideradas lenguas oficiales. Podemos decir por lo tanto, que el castellano es una lengua oficial y reconocida a nivel mundial, mientras que, por ejemplo, la lengua élfica creada por Tolkien no cuenta con dicho reconocimiento oficial por los especialistas, aunque sean muchas las personas que la tienen en su conocimiento e incluso la suelen usar a diario para sus escritos o comunicarse con otras personas que cuenten con la misma afición a este mundo creado por dicho autor.
Cuando hablamos de dialecto, podríamos decir que se trata de una variación de una lengua oficial. Los dialectos surgen de la capacidad de mutación de las lenguas, cambiando ciertos significados o palabras, y que poco a poco pueden, con el paso de los años convertirse en una lengua completamente diferente. Si tuviésemos que compararlas una y otra según sus funciones, las dos son exactamente iguales, puesto que tienen el objetivo principal de comunicar, teniendo una serie de combinaciones de signos que se convertirán en un mensaje para el receptor. Una de las variaciones que tienen los dialectos respecto a la lengua, es que en estos se destila gran parte de la carga social, geográfica e incluso política o cultural de una zona en particular que puede o no expandirse.
Origen de la lengua y del dialecto
Una de las semejanzas que podemos encontrar entre ambos términos es que los dos, tanto lengua como dialecto surgieron anteriormente de otra lengua. Es decir, una lengua como por ejemplo el castellano fue hace siglos un dialecto del latín, pero el latín como lengua, fue evolucionando de las denominadas lenguas indoeuropeas.
¿Cuáles son las diferencias más importantes?
Una de las diferencias que se encuentran entre lengua y dialecto es la intercomprensión entre hablantes. Cuando la lengua cuenta con tantísimas diferencias que hace imposible la comunicación entre una persona y otra, se puede afirmar que un dialecto ha pasado a ser considerada una lengua, aunque esto, por supuesto, debe ser oficializado por los expertos lingüistas. Un ejemplo lo tenemos con el castellano y el francés, puesto que fueron dialectos a su vez del latín, pero que, con el paso de los siglos, aquellos que hablaban el castellano no eran capaces de comprender a los que hablaban francés y viceversa aunque pudiesen tener algunas palabras similares, el mensaje completo no era comprendido y por lo tanto, se tuvo que oficializar que estos dialectos se convertían en dos lenguas diferentes.
Cuando hablamos de dialecto, nos encontramos con una variación de la lengua original, pero que, a pesar de esto, se puede comprender o recibir un mensaje completo entendiendo el contexto y también el mensaje en su mayoría. Aquí podríamos hablar del castellano y el andaluz, puesto que se pueden entender completamente, a pesar de que el andaluz cuenta con otros vocablos y significados de palabras que no son entendidas por el resto.
Otra de las grandes diferencias que existen es que las lenguas se estudian gramaticalmente es decir, se va buscando el significado de su sintaxis como también la morfología de las palabras, mientras que en un dialecto esto no ocurre, puesto que por lo general, se suele dar únicamente de manera hablada entre los integrantes de este dialecto. Es importante que para que un dialecto pase a ser lengua, se pueda encontrar gran cantidad de textos escritos en dicho dialecto y que, como hemos mencionado anteriormente sea muy complicado o imposible encontrarle un significado por parte de la lengua madre.
La lengua también se diferencia en el uso de terminología más extensa y rica en palabras científicas o extremadamente técnicas, usadas principalmente para textos científicos o humanísticos, mientras que en un dialecto esto no ocurre de esta manera, puesto que se carece de las palabras necesarias para hablar de tecnicismos o de situaciones científicas, centrándose sobre todo en el léxico familiar o coloquial.
Para que un dialecto sea reconocido como una lengua, es muy importante que el Estado o Gobierno de un país lo dicte de esta manera, pero anteriormente deberá de pasar por una serie de expertos en esta materia para dictaminar si realmente un dialecto se merece el reconocimiento como lengua. En muchos países, como bien ocurre en España, conviven diferentes lenguas cooficiales, es decir, que nacieron de un dialecto pero que debido a las características sociales y políticas, como también al entorno cultural y geográfico fueron cambiando hasta lo que hoy son estas lenguas como el gallego o el vasco.
Por último, una lengua lo es porque tiene un carácter más extendido entre la comunidad y además, porque ha ganado cierto prestigio o importancia entre los hablantes, considerándolo como tal. Como hemos mencionado con anterioridad, la lengua es una herramienta viva que va cambiando y evolucionando según sus hablantes la usan, adaptándose a los tiempos en los que se encuentra, algo que ya ha ocurrido por ejemplo con el castellano antiguo o el moderno, muy fácil de visualizar en El Quijote. Si un dialecto toma fuerza y es considerado como una lengua por todos sus hablantes, esta fuerza hará que los lingüistas la estudien para determinar si cumple con todas las características necesarias para ser considerada como una lengua independiente de la que procede o por el contrario, debe seguir siendo un dialecto, algo que suele ocurrir en el caso de que los hablantes no le tengan un gran aprecio o incluso sea considerada como una jerga.