Introducción TFG: cómo hacerla y qué poner

Cuando cursas una carrera universitaria, debes realizar un trabajo original sobre alguna temática a fin de obtener tu titulación. Este es conocido como Trabajo Final de Grado o más comúnmente el TFG.

El TFG es realizado por el estudiante con la ayuda de un tutor y debe tener un cuerpo definido que incluye la introducción, objetivos, metodología, resultado, discusión y conclusiones. Cada una de estas partes tiene una estructura y contenido particular, que debes elaborar correctamente.

La introducción es la primera fase del trabajo, en la cual haces la presentación de la investigación a desarrollar y la justificación del mismo. Va a conformar el cuerpo teórico de la investigación, donde se plantean las ideas iniciales así como las hipótesis.

¿Cómo hacer la introducción de un TFG?

Al plantearte la realización de tu TFG, debes en primer lugar seleccionar un tema de interés que te ayude a abordar un problema particular de interés en tu carrera. Al enfocarte en la introducción, debes considerar que será el primer contacto con el lector de tu investigación y debes captar su atención.

Por tanto, al momento de redactar la introducción es importante que organices tus ideas y tengas claridad sobre aspectos como el propósito de tu estudio y la importancia del mismo.  La intención es que logres describir de forma sencilla lo que quieres hacer y que quienes la lean, tengan una idea clara de lo que buscas conseguir.

Al plantearte hacer la introducción de tu TFG, es conveniente que te plantees algunas preguntas como:

  • ¿Por qué escogí este tema de trabajo?
  • ¿Cuáles son los aspectos conceptuales que necesito para desarrollarlo?
  • ¿Cómo puedo hacer para que se comprenda la intención del trabajo?

En este sentido, conviene iniciar con tu propuesta de investigación y el problema al que buscar darle una respuesta parcial o total. Además, debes tomar en cuenta los antecedentes a tu trabajo así como plantear las posibles hipótesis que quieres contrastar.

Al ser la primera aproximación del lector con tu trabajo, es importante que las primeras frases sean atractivas y logren atrapar su interés. Puedes iniciar la redacción con una pregunta asociada al problema que quieres resolver o datos que se expliquen la importancia de tu investigación.

¿Qué poner en la introducción del TFG?

El cuerpo de una introducción para un TFG debe ser capaz de abordar aquellos conceptos y planteamientos que van a permitir entender más claramente la investigación. Por tanto, en la misma  debes colocar los siguientes aspectos:

  • El propósito que tiene la investigación.
  • Identificar el problema que se quiere abordar.
  • Expresar con claridad el motivo que justifica realizar el estudio.
  • La situación actual en el ámbito del trabajo abordado.
  • Antecedentes bibliográficos existentes que apoyan tu investigación.
  • Exponer los conceptos que serán utilizados como base del estudio.
  • Definir la importancia y los posibles aportes de la investigación en el ámbito abordado.
  • Proponer las hipótesis que se desean contrastar al realizar la investigación.

Una buena forma de abordar la redacción de tu introducción es hacer un esquema de trabajo, donde vayas tocando todos los aspectos anteriores.  De esta forma, tendrá una estructura ordena y lógica por lo que el lector podrá comprenderla con facilidad y entender el propósito de tu investigación.

Como nos comentan en TFGaTiempo, es importante que tu TFG toque un tema original y que lo puedas desarrollar con calidad así como terminar en el tiempo adecuado. Para lograr esto, una parte muy importante es una introducción que esté bien escrita y que ayude a  entender cuáles son las preguntas que deseas responder en el desarrollo del trabajo.

¿Cuánto debe ocupar la introducción de un TFG?

Esto va a depender en gran medida de la normativa de cada universidad sobre la redacción del TFG, pero en términos generales se espera que la introducción ocupe una tercera parte del trabajo. Así, si el TFG total debe tener entre 10.000 a 15.000 palabras, lo recomendable es que la introducción tenga entre 3.500 a 5.000 palabras.

Aunque es importante que la introducción no sea muy larga, tampoco debes hacerla muy concisa porque debes explicar con claridad el basamento de tu investigación. En este sentido, lo más recomendable es iniciar con el esquema predeterminado  sin contar las palabras y luego eliminar aquellos contenidos que no sean tan importantes.

¿Cómo empezar la introducción de un TFG?

El objetivo principal de una introducción es captar la atención del lector, ya que suele ser el primer contacto con tu trabajo. Como ya hemos comentado, debes dejar claro el problema a resolver, el motivo de tu estudio así como su importancia.

Hay distintos estilos que pueden ir desde los muy formales hasta otros que hacen la investigación más cercana al lector. A continuación te presentamos algunos ejemplos:

  • “La elaboración de este trabajo surge de mi preocupación con relación a los problemas que presentan los niños al momento de desarrollar su comprensión lectora.”
  • “Fomentar el desarrollo de la creatividad desde los primeros años, es de gran importancia para el desarrollo integral del ser humano.”

Otro estilo puede ser abordando un momento histórico que influyó en el tema de tu investigación. Como por ejemplo, si tu trabajo va a estar enfocado en los problemas de obesidad en la población:

  • “La revolución industrial cambió los hábitos de las personas, haciendo que tuvieran una vida más sedentaria. Esto ha afectado su forma de alimentarse y ejercitarse, lo que se ha visto reflejado en un mayor aumento de la obesidad en la población.”

Como puedes apreciar, las formas para iniciar tu introducción  son muy variables, pero en todas, se brinda una idea general del trabajo a abordar. Además, genera interés a fin de que el lector siga explorando sobre el estudio realizado.

Diferencia entre resumen e introducción TFG

Un resumen es una presentación abreviada del TFG que debe incluir desde su justificación, fundamentos,  metodología así como resultados y conclusiones más importantes. El mismo debe tener una extensión entre 250 a 500 palabras y hacerse en un lenguaje muy conciso.

Por su parte, la introducción es la encargada de explicar de forma amplia el problema que se quiere estudiar así como la importancia de la investigación. Asimismo, se presentan los antecedentes y se proponen las hipótesis a probar.