Uno de los movimientos literarios que tuvieron más fuerza a comienzos del siglo XX fue el denominado creacionismo literario, en el que, como podrás descubrir a continuación, el escritor o poeta se convertía en un Dios, rechazando todo lo que había en la realidad para crear un mundo aparte con seres místicos, nuevas palabras o metáforas. En este artículo vas a descubrir cuáles fueron sus orígenes, los países en los que más fuerza caló este movimiento, las principales características y claro está los autores de mayor renombre que puedes leer para conocer más a fondo el movimiento del creacionismo literario.
¿Qué es el creacionismo literario?
Este movimiento se originó a principios del siglo XX, principalmente en España y Francia, aunque más adelante también se unieron otros de Latinoamérica. De entre todos los que empezaron a realizar este tipo de literatura, fue el escritor y poeta Vicente Huidobro el considerado como padre del creacionismo, dando lugar en París, cerca del 1916.
Aunque en muchas entrevistas a Huidobro niega que buscase crear un movimiento o escuela respecto a este género, fueron muchos los que, después de leer sus obras, empezaron a comprobar que era una doctrina, como muchos la llaman, que les atraía y querían ponerla en práctica en sus escritos. Cabe destacar que en los primeros años sus obras eran una pequeña mezcla entre lo que se solía escribir en aquella época, pero se podían apreciar las pinceladas que darían paso al creacionismo como tal.
Para Huidobro, el escritor era una especie de Dios, una persona creadora y por lo tanto, debía de crear mundos completamente nuevos, como también otras sensaciones o emociones que anteriormente no estaban recogidos en ninguna palabra o expresión. Es importante sin embargo, no confundir con teorías religiosas, ya que el creacionismo no cuenta con este matiz de adoración a un ser creador o superior, sino más bien nos quiere explicar que el que pone las piezas en el tablero de juego es el poeta y dichas piezas han sido elaboradas y confeccionadas por su propia mente.
¿Qué características define el creacionismo literario?
Una de las características que más define a este género es que la obra no debe ser un espejo de la realidad, es decir, no debe de contar con situaciones cotidianas que ocurran todos los días, debiendo de tratar temas o sucesos completamente nuevos e ilógicos, que sepamos que no van a ocurrir en la realidad.
Se trata de una elaboración en algunos casos complicada y de difícil acceso, puesto que se debe de tener mucha imaginación y creatividad con el fin de elaborar una obra, bien sea una poesía o una novela con estas características. Muchos autores, como podrás leer en uno de nuestros bloques, creaban nuevos mundos, con nuevos seres que se relacionaban de una forma muy diferente de lo que lo haríamos nosotros mismos, usando nuevas palabras o incluso metáforas que en otro contexto o género literario no tendría significado.
Otra de las características que se imponen en el creacionismo era que todo valía, estando su contenido a disposición completa del escritor. Aquella persona que busca una conexión o línea argumental o narrativa en estos relatos posiblemente no lo vaya a encontrar en ninguno de los textos que se definen como tal, puesto que puedes encontrar una frase en diferentes idiomas, un lenguaje inventado que no es posible descifrar o que no cuenta con un glosario o incluso con tipografías o escritos ilógicos que hacen que estas obras sean esperpénticas. Huidobro aseguraba que él lo que hacía era dar vida con sus adjetivos, que conseguía transmitir energía a cada una de las palabras, inventadas o no, y que estas creaciones contaban con una vitalidad que otros relatos no tenían ni tendrían jamás.
Las obras creacionistas estaban muy relacionadas y siguen estándolo al dadaísmo, como también al ultraísmo, bebiendo las unas de las otras para crear sus obras vanguardistas, las cuales, suelen tener una carencia de sentido o norma que hace que se traten de obras muy irracionales y sin un contexto claro.
Principales autores del creacionismo
Vicente Huidobro
Como hemos comentado, se trata del padre de este género literario que tanto dio que hablar. Nacido en Santiago de Chile se nutrió de muchas corrientes literarias gracias a su estancia en Paris, por lo que en sus comienzos sus poemas y escritos tenían más un carácter modernista que creacionista, sin embargo, se podía comprobar en sus trabajos el germen que llegaría a ser este movimiento literario.
Poco a poco fue perfeccionando sus técnicas siendo su obra clave Altazor, escrita en 1931 y claro referente del creacionismo. A pesar de que esta obra es la que más se valora a día de hoy, por todo lo que contiene referente a este movimiento, desde 1912 se dedicó a mejorar sus obras y textos, consiguiendo que fueran cada vez más cercanos a la idea que tenía de la literatura.
Juan Larrea
Este autor español nacido en Bilbao empezó a publicar en una revista especializada en el ultraísmo, sin embargo, después de conocer la obra de Huidobro se sintió más relacionado con este autor que por el movimiento ultraísta. Al igual que tantos autores de la época, viajó a Francia, en especial a París para impregnarse de la poesía y las vertientes de la época, consiguiendo que su lengua no fuese un impedimento al escribir sus obras, puesto que, como hemos mencionado en las características, se podía escribir libremente en cualquier idioma e incluso mezclar unos con otros para darle mayor carácter a la obra.
Gerardo Diego
Otro de los autores de gran renombre es Gerardo Diego, el cual también estuvo un largo periodo en París para conocer a aquellas personas influyentes dentro de los movimientos vanguardistas, llegando a conocer a Vicente Huidobro, por lo que obtuvo de primera mano las claves para realizar este tipo de técnicas y llegar a crear obras del creacionismo tan importantes como Imagen o Manual de espuma, siendo muy recomendable el segundo de los dos, puesto que es capaz de fusionar en un mismo poema otros dos más, logrando que enlacen a la perfección y que puedan seguir una línea narrativa. Aunque se le reconoce por el creacionismo, también cuenta con obras dadaístas.